Las cosas que uno guarda, para sí, en un anaquel perdido en un rincón de un cuarto que, ahora, aspira a contener tus latidos, tus respiraciones, tus noches. En tu propia casa, en la propia casa que has habitado ya, en diferentes encarnaciones, por casi cincuenta años. Uff.
voló un puño de papeles, tarjetas, cosas olvidadas, llenas de polvo, orgánico y qué más
quizá en el veinte once no resulten nada
o muchas cosas resulten
vamos una por una
casi al azar, una tarjeta dice:
voló el pajarillo otra vez...
no me esperates,
no me encontrates...
o,
hay que tener mucha maña
tener mucha facha y tener
fantasía, siempre...
o,
por eso era bueno que pasara,
nada más con eso
o, también,
Coctel para Jorge
golpes de regina.
pinturas de neil young.../...crazy horse. (re.ac.tor)
franklin
--el renacuajo paseador de Silvestre Revueltas--
+ el final de burdon...
fools die (tosh)
laud.
y juglar... (silvio rodríguez...)
después de la edad media,
aquí, nada más precisar que la tarjeta pudiera ser una guía para construir una tableta musical: un cassette, una cinta, un vuelo inspirado por el aire de alguna tarde, mientras con los amigos se graba, literalmente, en la piedra de la tarde, un momento pasado por cantos y música compartida. era fácil. así era. los tiempos, y los convidados así lo permitían...
o,
del diario
repetirse
lo mismo
cada dia (subrayado y encuadrado)
aquí nomás
locuidándolos
entre barrotes guinda
(semejando una sonrisa de Cheshire)
de la flecha, hijín
o, en un volante verde, que anuncia un concierto de Contrapuncti, dirigido por Michael Lankester, el martes seis de abril, 7:45, en el QEH, Londres, con música de Haydn, Janacek, Brahms, Stravinsky y Mozart:
vives y revives, muerdes y remuerdes:
la sinceridad se oculta tras la colina: tu no puedes sentir igual y no eres especial ni más ni acaso menos, menos ser humano menos hombre porque hasta para respirar cuidas el momento y lo que escribes está muerto; no amas, no copulas no haces más que pensar y remodelar y sabes que tu potencial erótico se pierde, y has (sic) que si no se ha perdido es porque era muy grande, y muy resistente: te preguntas, entonces porqué hay tantos hatos porqué es imposible llevar la soga todos los días y penetrarla penetrarla siempre levantando al dia mismo de su costumbre serena
Ahora tienes sueño, como todos los días: no lo puedes evitar, dices, no lo puedes, y a eso se reduce tu carrera inestable de inestabilidades, comparadas e incomparables,comparables, si acaso, al sueño de unos justos que no exigen ni buscan ni gustan de buscar
Adonde y para qué tanta basura hoy que no hay remedio más que rumiar la propia angustia hoy que las penas dormitan y duermen
un artista y otro artista. dos artistas (¿es acaso un director de orquesta un artista? dos artistas distintos uno del otro: uno ha vivido casi veinte años más que el otro: un artista que solo vive para su publico para un público que aprecia (se cree) su perfección irremediablemente. otro artista que todavía vive para sí, para que en un momento la musica pueda producirle un vuelco definitivo, decisivo:
un artista. uno de ellos pide a su orquesta la música: la necesita, la quiere para si, para ver si es cierto que entre más perfecta menos inalcanzable menos impresionable por ella es el; el otro, le entrega, asi parece, la música a la orquesta con sus manos; el otro parece perderla irremediablemente;
uno busca la música que lo mueva, que lo desarme, que lo desborde, como antes; pide la música para si y lo que deja que se filtre hasta el público es terrible para ellos y lo aclaman y lo ovacionan.
otro, siente que la música lo quema y la ofrece en sacrificio: el retorno es brutal: la música pasa al público pero regresa intacta al director y lo desbalancea, lo desequilibra, lo mata un poco: el público aplaude a rabiar
pero la intensidad se queda en el: es demasiado: uno quisiera recuperar el miedo;
otro quiere sentirlo y dejar de sentirlo porque se queda en el; uno transmite el miedo, pero el miedo no le hace nada; el otro se queda con su miedo incompartible porque sólo él sabe sólo el puede sentir ese peso de ese momento en que emociones, notas, movimiento y sudor cuajan, cristalizan, congelan su corazón por un instante, un instante de muerte, un instante suficiente para agotar a cualquiera.
La orquesta es la misma; el verdadero director es un artista desesperado: pero ¿de qué lado de la mirada se encuentra el verdadero desesperado? es que acaso las diferencias los unen, o sus afinidades (en la pregunta en la cuestión fundamental) los separan.
(B. Haitink y G. Solti/LPO Londres 1976)
¿Por qué Chandler? ¿Por qué Marlowe? ¿Por qué tantas imposiciones, tantas suposiciones? Acaso esos nombres tienen que ver conmigo? ¿Acaso qué? Este cuento es una prisión si se le ve desde el lado triste: las paredes pueden venirse abajo en cualquier momento; por otra parte, es el lugar ideal para leer novelas en las que pasa todo y no pasa nada. Por mi parte, ya ni siquiera es bueno decir que estoy solo: lo vengo diciendo desde que tengo catorce. A los cuarenta, ya no vale la pena. No vale la pena decir ya siquiera que he tenido miedo a matarme: no tendría sentido morir si uno no deja huella de su paso. A veces me pregunto ¿por qué imbécil, hago esto y no sé. Si ya he llegado a la conclusión de que la vida en este mundo no tiene sentido; pero es que si lo tiene. tu me puedes escuchar esta noche. ¿no es cierto? ¿quieres otra copa? Te hará bien, te hará bien. Déjame que te diga. No, no prendas la luz. La vida es fácil si uno no se preocupa por ella; ese es todo el secreto, ese es todo el recurso esa es toda la circunstancia. Lo que resta es miedo, miedo tremendo.
Somos seres que no miran no tocan no responden: no sentimos porque no sabemos mirar
porque no sabemos escuchar: ni siquiera sabemos bien por qué nos gustan las cosas que nos gustan. Yo he tenido muchas ideas; he tenido demasiadas: y después de tenerlas, generalmente me miro al espejo y digo: ¿qué has hecho? Dos segundos después la pregunta ya no tiene alternativa y se diluye, se pierde como la música en los oidos: desaparece,dormita y finalmente desaparece: el impacto puede haber sido terrible y sutil, pero no florece, no germina, no responde: es entonces que estallan esos deseos de seguir adelante y vuelta a lo mismo.
¿Nunca te he enseñado las fotos de mi familia? ¿Nunca? No tiene caso, pero eso se hace, ¿no es cierto? Yo lo hice muchas veces, cuando estaba fuera, antes de regresar, antes de volver. ¿Para qué volví? no sé.
La tarde es de cristal: el bar está iluminado por una luz amarillenta: el sol en esta ciudad no sirve para calentar: las botellas, llenas de plenitud de uvas y selva, mar, olas
aquí, lo que destaca es nada más la continuidad negra de la tinta sobre la superficie verde del papel. escribir casi de manera automática.
habría que pensar, poner, que no hay un orden, acaso una continuidad en el furor de la escritura
o, algunos dibujos, poco claros, porque claro, uno no dibuja, no sabe, ni le interesa: un papel, de pronto, grita:
¡Nina Hagen fue un buen tipo!
o,
la fragua del herrero
mano desangrada por el tiepo
provocó en el horno
una rebelión oscura
llena de cenizas
y carbones encendidos
trabajo libertario de un continente dormido.
la pala del panadero
sudor revolcado en harina
reventó en una noche
un canto pastoso lleno de calor
y figuras caprichosas
grito desesperado sobre el campo verde.
la guitarra del coplero
capotraste hinchado por el verso
liberó caminos con su voz
llena de ritos y sueños
haciendo canciones con las manos indias
XII. 73. FEDERICO
firmas, fechas, haces alarde de algo, pero no fijas, ni sintetizas, solo dejas que la tinta macere el cartón que la recibe
o, en otras hojas sueltas transcribes Kentucky Mädchen, en alemán, si: "Ja, ich wollte runter nach New Orleans..." hasta llegar a "und zu Hause hör'n sie alle davon!"
a manera de coda, un papel, que en rojo retoma unas frases (brisas de caña mojada/y rumor de viejas voces/resonaban por el arco/roto de la medianoche....)
en el reverso acota:
aquel que cuida los libros, ¿qué es?